
Cuando era un pequeño, mis hermanos llegaron un dia a la casa con un cassette de los Dirty Rotten Imbeciles, y el punk comenzo a invadir mi vida. Ese sentimiento de rebeldia liberaba mi interior de una forma encantadora, casi magica.
Desde niño siempre he sido muy imaginativo, incluso tengo una libreta comun y corriente con muchos de mis sueños escritos en forma de cuentos, y es que tome esa costumbre porque despertaba fascinado y no queria que por ningun motivo se perdieran esas vivencias etereas. Al paso del tiempo y una vez que conoci a Joy Division, se dio un matrimonio entre la musica y mi imaginacion de modo que ahora cada vez que escribia un cuento, o un poema, lo relacionaba con algun grupo de mi gusto. La musica se volvio mi musa.
Ahora ya no critican en mi casa "la musica del diablo" que escucho, pienso que ha sido un triunfo inmenso el que ya nadie se extrañe ni me grite cuando Cinema Strange suena a todo volumen en mi computadora.
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